Los plaguicidas son productos químicos utilizados en la agricultura para controlar plagas y regular el crecimiento de las plantas. Por lo tanto, el imidazol y sus derivados se utilizan ampliamente en la producción agrícola, forestal y ganadera, saneamiento ambiental y doméstico, control de plagas y prevención de epidemias, y productos industriales para prevenir el moho y las polillas.